Con el ácido hialurónico se consigue que el exceso de encía del paciente quede camuflado, mejorando la estética de su sonrisa y aumentando el volumen de su marco perioral.

Se llama ‘Reestructuración dinámica’ (RD) y no es otra cosa que, mediante infiltraciones de ácido hialurónico, equilibrar la acción de los músculos de la boca que participan en la sonrisa sin perder su dinamismo. Se trata de compensar la función de tres tipos de músculos: los de la zona del bigote, los que elevan que se encuentran en las aletas de la nariz, y los de la sonrisa que están insertados en los pómulos.

Dependiendo del tipo de sonrisa gingival que muestre el paciente (interior, posterior o mixta) se diseñará un plan de infiltraciones de ácido hialurónico diferente. De esta manera, se conseguirá controlar el movimiento del labio y evitar su subida excesiva cuando el paciente sonría. Los resultados de esta técnica, además de ser naturales, son apreciables de forma inmediata.